miércoles, 1 de septiembre de 2010
ACUIFERO GUARANÍ " AHORA VIENEN POR EL AGUA"
Así lo viene advirtiendo Elisa Carrió desde hace tiempo, aunando voces con otros defensores de los recursos naturales. Movido por ello, el Concejal Rafael Kadlec concurrió a la reunión el 23 de agosto, en el Complejo Cultural Guido Miranda, organizado por la Fundación Confluencia y con el auspicio del Gobierno de la Provincia del Chaco, reunión en la que según la invitación cursada se desarrollaría el tema “Acuífero Guaraní y contaminación de los ríos”.
Grande fue la sorpresa de los asistentes, cuando los profesionales de la Universidad de Quebec (Canadá), con quienes se firmaran convenios de “colaboración científica “según lo informa la prensa del día siguiente, al referirse al tema de la convocatoria, manifestaron que las aguas del Acuífero Guaraní se encontraban putrefactas y por tanto no serían aptas para el consumo humano.
Teniendo en cuenta la profusa información sobre esta importante reserva de agua dulce, complejo que constituye la tercera reserva de agua subterránea del planeta, los proyectos internacionales para su preservación, integrados por los cuatro países que se asientan sobre este gigante, y que lo utilizan como abastecimiento público de agua, llama poderosamente la atención, que investigadores extranjeros nos digan ahora que esas aguas no son aptas para el consumo humano.
Esta “advertencia científica” pareciera más que “Preservación de un patrimonio de la humanidad que debemos cuidar todos”, un modo seguro de asegurar su no explotación por parte de los países sudamericanos y en definitiva su reserva a fin de cubrir la creciente necesidad de agua dulce de los grandes países industrializados, del Norte de América.
Cuando la diputada Elisa Carrió sentenció “ahora vienen por el agua”, nos estaba advirtiendo sobre esta realidad, a la que nuestros gobernantes parecen hacer oídos sordos, promoviendo convenios o acuerdos que más allá de sus títulos, tienen como consecuencia el compromiso en favor de los intereses extranjeros, de los recursos naturales que no pertenecen más que al pueblo, incumpliendo su deber de preservarlo para las generaciones futuras y no venderlos como mercancía de cambio.
“Estados Unidos tiene sed y Sudamérica tiene agua”, se ha dicho.
El acto realizado el día 23 de agosto, la publicidad distorsionada que se ha dado al tema en trato, nos hablan de una grave crisis institucional, y de valores, donde no sólo dejamos de lado la opinión y consulta de los científicos argentinos, tan respetados en el exterior, sino que escuchando voces foráneas avalamos la privatización de un recurso caro y preciado, “el agua dulce”, so pretexto de una supuesta contaminación o ineptitud para el consumo humano.
Por ello, desde el bloque Coalición Cívica ARI, se insta a las autoridades competentes a que se adopten medidas serias y efectivas para la preservación de este preciado bien y a los conciudadanos se llama a la reflexión para constituirnos en permanentes defensores de los recursos naturales, ejerciendo responsablemente el cuidado de ellos.
Grande fue la sorpresa de los asistentes, cuando los profesionales de la Universidad de Quebec (Canadá), con quienes se firmaran convenios de “colaboración científica “según lo informa la prensa del día siguiente, al referirse al tema de la convocatoria, manifestaron que las aguas del Acuífero Guaraní se encontraban putrefactas y por tanto no serían aptas para el consumo humano.
Teniendo en cuenta la profusa información sobre esta importante reserva de agua dulce, complejo que constituye la tercera reserva de agua subterránea del planeta, los proyectos internacionales para su preservación, integrados por los cuatro países que se asientan sobre este gigante, y que lo utilizan como abastecimiento público de agua, llama poderosamente la atención, que investigadores extranjeros nos digan ahora que esas aguas no son aptas para el consumo humano.
Esta “advertencia científica” pareciera más que “Preservación de un patrimonio de la humanidad que debemos cuidar todos”, un modo seguro de asegurar su no explotación por parte de los países sudamericanos y en definitiva su reserva a fin de cubrir la creciente necesidad de agua dulce de los grandes países industrializados, del Norte de América.
Cuando la diputada Elisa Carrió sentenció “ahora vienen por el agua”, nos estaba advirtiendo sobre esta realidad, a la que nuestros gobernantes parecen hacer oídos sordos, promoviendo convenios o acuerdos que más allá de sus títulos, tienen como consecuencia el compromiso en favor de los intereses extranjeros, de los recursos naturales que no pertenecen más que al pueblo, incumpliendo su deber de preservarlo para las generaciones futuras y no venderlos como mercancía de cambio.
“Estados Unidos tiene sed y Sudamérica tiene agua”, se ha dicho.
El acto realizado el día 23 de agosto, la publicidad distorsionada que se ha dado al tema en trato, nos hablan de una grave crisis institucional, y de valores, donde no sólo dejamos de lado la opinión y consulta de los científicos argentinos, tan respetados en el exterior, sino que escuchando voces foráneas avalamos la privatización de un recurso caro y preciado, “el agua dulce”, so pretexto de una supuesta contaminación o ineptitud para el consumo humano.
Por ello, desde el bloque Coalición Cívica ARI, se insta a las autoridades competentes a que se adopten medidas serias y efectivas para la preservación de este preciado bien y a los conciudadanos se llama a la reflexión para constituirnos en permanentes defensores de los recursos naturales, ejerciendo responsablemente el cuidado de ellos.
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